Se
despierta con la extraña sensación de que algo hizo mal. La cabeza turbada,
nublada. Los sentidos torpes, aun adormecidos. ¿Qué es esa sensación? Esa
extraña certeza que golpeó de tal forma al alma, que aun sin recordarla duele.
Todo el cuerpo es una señal clara para su consciencia, de que la relación entre
estos no es de lo mejor en estos tiempos. Alejados, casi desconocidos.
No
le sorprende a esta altura encontrarse desnudo.
“Esto es señal de algo malo”,
piensa, recobrando el pensamiento narrado.
¿Qué paso?,
se pregunta. Llegando un poco después adonde
estuvimos nosotros.
¿Qué hice?
Por
la ventana un frío viento invernal sopla llenando la habitación de un aire puro
pero helado. Trayendo consigo en ráfagas de viento, todo aquello de lo que se
desprenden los árboles en su camino.
Corre
a cerrar la ventana, y casi sin pensarlo agarra algo de ropa y se viste. Prende
rápido el calentador, y corre al baño poniéndose las pantuflas en el camino.
¡Que frío de mierda!,
piensa.
Extraña ahora el calor del olvido.
En el baño esta su ropa tirada, dándole
a entender que corrió por todo el pasillo desnudo, y eso le dio mas frío.
¿Qué es eso?,

Roberto Monerca
Abogado
Tel: 15-6489-1236
Correo Electronico: MonercaAsoc@gmail.com
¿La tarjeta
de un abogado?
¿No habré
hecho tanto quilombo, no?
¿Y si voy
preso?
¿Me habré
agarrado a piñas?
Va
rápidamente frente al espejo. Observa por primera vez en el día su aspecto.
Cualquier persona que lo viera, podría entender fácilmente que la noche de ayer
no había sido corta. Si miráramos al entorno también, ya que al despertar no se
percató de que era de noche. Por la ventana vio la luna. En el espejo vio su
rostro blanco, pálido. En su Alma vio tumulto y dolor.
Las bolsas de sus ojos estaban
hinchadas. Sus pómulos marcados. Sus ojos rojos, inyectados de sangre.
Contrastaban notablemente con lo blanco de su piel.
“Esto no
puede ser bueno”
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