Escenas Perdidas en un Cuaderno.
Escena 01: Cumpleaños Inesperado.
La situación es la siguiente. Dos
muchachos, amigos ellos, a las puertas de una casa. ¿Qué pasa en la casa? Es el
cumpleaños de la ex novia de uno de ellos. Rejas verdes, pasto a los costados,
pequeño camino hacia la puerta. Se escucha la música desde la calle y es otoño,
hace aproximadamente 16 grados centígrados y el reloj marca las 01.15 hs. de un
domingo que esta empezando.
-No se donde se hospedo. Yo no pregunto
esas cosas, boludo. Son cosas de vieja.-
-No son cosas de vieja, son preguntas
para que la conversación fluya. A mi no me importa saber donde se hospedo, pero
que se yo… la estiro un toque así surge otra cosa.-
-Me podes preguntar algo mas
interesante que donde se hospedo en las vacaciones.-
-¿Cómo que? ¡A ver! ¿Qué seria
interesante para vos?-
-No se, si garchó por ejemplo.-
-¿Vos te das cuenta? Tenés un problema.
¿Lo sabes? Tenés un problema bastante serio. No todo pasa por la chota,
boludo.-
-¡Todo no, ya se!... Pero casi.-
Por la conversación mantenida entre
ellos, podrán deducir que su edad esta entre los veinte-tantos y los
treinta-tantos. Para serles mas especifico, voy a decirles que sus nombres son Martín
y Diego, y que en ese orden tienen 26 y 28 años. El ex de la cumpleañera es
Diego. El que piensa con la chota, Martín.
-Ya estamos, es acá.- dijo Martín,
señalando a la propiedad.
-¿Acá? Buena casa. ¿De quien es?-
-Si no entendí mal, de una amiga de la
cumpleañera. Uh, mira la joda que hay acá. Menos mal que trajimos los vinos.-
-Tengo que insistir en que cuatro vinos
para mi es exagerado.-
-No vamos a tomar los cuatro nosotros…-
Martín toca el timbre - hay mas gente adentro. Esto es comunitario- dice,
señalando los vinos que lleva en una bolsa en su mano derecha.
-Ya se, me imagino. Pero justamente, si
hay mucha gente adentro, nadie va a saber si trajimos uno, dos o catorce vinos,
¿entendés? Traer cuatro vinos para que se los tomen otros me parece exagerado…
¡Hola!-
Diego
saluda a una joven de 25 años que parece modelo. Ella abre la reja dejándolos
pasar, saludando a ambos con un beso en la mejilla.
Puede que me haya olvidado de aclarar
que Diego es un tanto tacaño y que a la fiesta a la que esta a punto de entrar,
llegó por un engaño de su amigo Martín. No se imagina que sea la fiesta de su
ex novia. Ultimo lugar en el mundo al que hubiera querido ir.
-Entiendo a lo que vas, pero por una
vez, ¿podes dejar de joder con la guita? Además, que haya mucha gente a vos te
a servir, de esa manera es mas probable que Laura no te vea.-
-¿Qué Laura?-
Martín se detiene tras cruzar la puerta
de casa. Cierra la misma tras de si y traba. Apoya su espalda en la puerta y lo
mira a los ojos a Diego con una sonrisa culpable dibujada en su rostro.
-Tu ex. Laurita.-
La cara de Diego se transforma,
mientras de fondo la música aumenta de volumen, y sus sueños de tener una
noche tranquila se desmoronan.